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"El que no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra”

Las aventuras de un paisa en el paraiso

 Por: Nicolai Andretti
nandretti7@gmail.com

El paisa se va de catre con su costilla y ella le comenta sus impresiones y de lo enamorada que esta de él, tanto que sería capaz de cualquier cosa para no perderlo y etc. en fin una noche loca con los descubrimientos que son a lugar. ¿Cómo salvara el abismo? esta pregunta no es importante resolverla, pero si ser mencionada de pasada. El caso es que a partir de allí se sucederán todos los acontecimientos de la historia humana y tendremos el decorado ideal para el final del cuento la historia se resuelve con la participación de los dos hijos y alguna tipa nueva que propone un enfrentamiento en ellos dando por sentado que uno muere, el cachaco y el corroncho sobrevive y se queda con la tipa; que bien rica que estaba. Pero tiene que a abandonar el pico por orden de mi diosito que es muy justo,

El asunto de la Manzana ese fruto prohibido, el famoso árbol del bien y del mal. Todo eso no es más que subliminal; lo que realmente paso es que mi diosito de veras se emputo y no era para menos, por favor a quien se la ocurre que el mismito Adán, hijo directo de mi mismísimo Dios; prefiriera a la negra esa, recién aparecida... a ver me explico: Todo fue exactamente así. una noche cuando estaban en pleno jaleo, la negra se voltea y encara al paisita con una pregunta que de lo pendeja que parece una pregunta así ,está cargada del peor veneno que no tiene comparación con el de ninguna víbora en todo el mundo.

-Paisita, - Oiga paisa condenado es que se volvió sordo- PAISA?

- ¿Ahhhh que pasa, mamita?- ¿acaso no ve que estoy muy ocupado?

- Paisita; ¿TU me quieres?

- ¿Pendeja acaso no ve lo que estamos haciendo?

- Si pero dígame de una vez por todas mí me quiere.

-SI, sí. Pero calladita que ya me vengo.

-Pare aquí mismo diablo pendejo; si no me dice cuanto me quiere se le acabo el jueguito

- Mamita; después hablamos. ¿Sí?

-¡NO! o me dice cuanto me quiere o se acabó el cuentico este?

-Ahí mi amor pues te quiero mucho.

- date la vuelta, si mamita?

¿Cuánto es mucho? AHh?

- pues muchísimo.

- Que tanto?

He ave maría, pues... mamacita... no joda tanto. Que ya me saco la piedra.

-¡Qué, que tanto me quiere paisa?

-¡Que ya le dije que mucho, que muchísimo. ¿Qué más quiere?

-¿Qué es muchísimo paúste?

-Este, pues no sé. Muchísimo y YA pare esta jodsa!

-Diga que me quiere como a nadie en el mundo.

-Ave María; Mamacita; ¿Cómo es que digo?

- Que diga que me quiere más que nada en el mundo. ¿O es que no entiende?

-La que no entiende es otra.

- O es que acaso a quien más conoce que viva el este puto mundo...Epa.

- Mamacita lo que no entiendo es porque esta celosa. Si en este risco del diablo solo estamos los dos, es más; Yo no conozco a nadie más en todita mi vida que es bien corta, jamás he visto a nadie por aquí.

- ¿O acaso tu si?

- Y ya no hablemos más, mamita y date la vuelta por favor.

- ¿Que... qué? Hasta aquí llegamos paisa del demonio, sino es capaz de darme un gustico tan pendejo. Todo se acaba ya!

Pero como el paisita estaba de lo más arrecho, termino dándole gusto a la tonta de la guajira y de pasada la embarro pa´todita la eternida. Veamos:

- Enton si me quieres papito?

- Si mi amor te quiero más que a nada en el mundo.

- Listo pues!

Y continuaron investigando que tanto se podía hacer entre un hombre y una mujer y el alba los pesco tupiendole a birriñaque, como si no existiera nada mas que hacer en el mundo.

Ese día mi Dios, sin el más mínimo pudor y de un solo jalonaso desarropo a la pareja que sobre saltados apenas tuvieron tiempo de mal tapar sus impudicias y volver a mirar directico a la cara al Altísimo que para más señas estaba berraco, berraco, tanto que se le notaba a leguas.

- Vestite pues; paisa degenerado. O es que te vas a presentar en bola ante el mismísimo creador. Cuento hasta tres.

- Y van dos... El paisita pálido como nunca no acertaba a entender que estaba pasando y su pobre cabeza le daba vueltas y vueltas sin atinar a saber cómo era eso de ¡Vestite pues!

- Padrecito perdona pero como habré de vestirme si aquí no hay nada con que hacer eso.

- Pendejo de mierda, pero para andar culiando si supo ¿No?

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