"No existe la casualidad, todo es un simple accidente del destino”
La noche final
Por: Nicolai Andretti
nandretti@gmail.com
Después de pensarlo bien, estaba la cuestión de la supervivencia,
Ese ogro que no deja dormir cuando se recubre de esa piel terrible llamada
Conciencia. Estaba convencido que nunca más en esta vida tendría la paz
necesaria para esperar la noche, la tranquilidad que recae en alma
cuando se ha de dejar el cuerpo en descanso sin poder estar vigilante,
serian mil los pensamientos lúgubres que habrían de acechar cada noche,
cada momento de soledad, cada silencio.
Lo que presagiaba el final triste de tanto encantamento se revelo a cuotas;
esa oscura noche en el pasillo su casa, mas bien su manicomio.
Solo tuvo que acercarse al sujeto que aguardaba silencioso en las escaleras,
eran las dos de la madrugada, o algo así. llegábamos del hotel donde estuvimos
escondidos desde temprano, los tragos y las sustancias en abundancia
evidenciaban una noche mas larga pero esa incomprensible costumbre de
salir siempre por alguna razón, valida unas veces pero no la mayoría,
me dejaban en la boca tan desagradable sabor de impotencia de que a pesar
de mis argumentos y mi presencia ella requería de algún extraño y terrible
artificio o mejor sustituto para alcanzar la madrugada.
Casi nunca tuve la bondad de amanecer en su compañía y esta era solo otra noche mas que se
disolvería en un alba solitaria que rayaría mi menguada capacidad de estar
feliz a pesar de los buenos ratos que pasáramos hasta que intempestivamente
- nunca terminaría por acostumbrarme a sus salidas-,se puso sus jeans y
aquella camisetilla de vivos colores; el frió no tenia con su belleza mas
valor que mis ruegos; eso es lo que me había perdido, haberle dicho de que
estaba compuestos mis sentimientos y cuan importante había llegado a ser
para mi su presencia.
Habíamos concluido que a partir de esa noche viviríamos juntos, que no
habrían mas excusas para no compartir lo que sentíamos el uno por el
otro; Ella me confirmo que también sentía algo muy especial por mi,
que lo nuestro era algo especial y que nunca había dejado de tenerme
como la ultima persona a quien pudiera desear mal alguno, que era Yo ese
ser que estaba en su mente todos los días y sus noches, que se sentía muy
mal por haberme hecho tantas cagadas y que nunca sabría como hacer para
que le perdonara, pero que seguro era por ese maldito vicio que la tenia jodida.
Yo estaba casi confundido, tanta belleza era casi una mentira; quizás todo
había sido una gran mentira, desde el principio nuestra relación fue eso y
solo eso... una gran mentira disfrazada de pequeñas e innumerables mentirillas
de todos los calibres. recuerdo de manera imborrable la primera de ella,
fue cuando nos acabábamos de conocer; estábamos sentados en una cafetería
que quedaba o queda en la esquina del parque de ese barrio de mierda,
precisamente en ese barrio había sucedo casi todo lo que vivimos, allí
comenzó y transcurrió nuestra historia entre esa masa de rufianes y prostitutas,
allí en esas calles sucias y olvidadas donde nadie sonríe, ni los niños apenas;
aquellos solo imitan a sus mayores y de ellos desde la primera edad solo
reciben el ejemplo de delinquir y robar y hacer daño a todo aquel que se
descuide o tenga menor poder...
Ella desnuda, luego en ropa interior; me vino muy bien que luego de mi
salida por las provis... al regresar ella estuviera desnuda. lindo detalle
que nunca terminare de agradecer. En otro momento su vestimenta era solo
una toalla grasisamente atada a la cintura, me enseñaba comoera el baile del rap,
del hip-hop, del vallenato; al tiempo que sonaran en su eterno sintonizar ya
la radio, ya la tele.
Bailo para mi sobre la cama desecha, frente al espejo de la puerta del baño,
bailo para mi bajo la ducha fria; un choque decia. bailo mientras sentada
preparara la sigiente traba, bailo entre las sabanas esparcidas por toda la habitacion.
Me conto una historia:
me dio un beso y el humo de su boca
me dio mil besos mas que sin desacanso pidiera;
la sensualidad suya al inhalar su pipa, la transmitia enriquecida con el gusto de su aliento.
me estaba acercando a ella,
y ella a mi, con el paso del tiempo, con el transcurrir de la noche,
su alma me coqueteaba entre canciones y volutas, entre besos y sorbos de licor.
copia para mi la sensacion enla garganta del sabor del sabor acre de su miel.
"Era una noche extraña y silenciosa, diriase que..." su asumio el nivel de un
susurro casi inaudible y su tono por instantes aun mas confidencial sus murmullos
me transportaron a mundos de ensueño e irrealidad;
"diriase que la nieve fria caia en mi corazon"...
Un extraño poema, palabras suyas que evocaban viejos y tristes recuerdos.
...Cont
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